Soy Alejandra Ruíz Méndez. Fui diagnosticada en mayo del 2020 con cáncer ductal invasivo, yo tenía solo 28 años de edad. Creí que mi vida había terminado, me sentí sola en lo más profundo de un océano, sin encontrar salida.
Mi mejor amiga, Adriana, al verme tan mal (ella estaba acostumbrada a que yo fuera siempre la chica alegre y bromista) buscó ayuda para mí cuando no podía ni levantarme de la cama. Ella fue quien encontró a CIMA y con entusiasmo me pasó los datos.
Cuando entré a CIMA me di cuenta que no era la única persona con cáncer de mama, comencé a compartir experiencias con otras pacientes y ya no me sentí sola. Gracias a CIMA cambió mi percepción, ahora estaba sumamente apoyada y mis temores fueron disminuyendo.
Hemos recibido gran apoyo de la Fundación, incluso, ha llegado a casa hasta despensa, por lo que me siento muy agradecida, pues yo no podía laborar debido a las quimioterapias. Contar también con ese tipo de ayuda fue en verdad importante. El personal de CIMA me hizo sentir cada vez más segura.
Gracias CIMA. Me encuentro eternamente agradecida con cada una de las personas que integran la Fundación. Gracias a Dios vencí el cáncer hace 6 meses y aún así, han estado muy al pendiente de mí.
Amo a CIMA con mi corazón entero, muchas gracias.
Alejandra Ruíz
Paciente de Fundación CIMA
